viernes, 27 de junio de 2008

EL CANELONES DEL FUTURO

En varios medios de prensa me he dedicado a comentar como reconstruir una identidad local que nos aleje de la nociva atracción de Montevideo.
Las luces de Montevideo son como los cantos de las sirenas de la mitología griega: su canto deslumbraba de tal forma que los marineros descuidaban la conducción de los buques y terminaban encallando.
La capital del país, a través de su teoría de la "zona metropolitana", termina adueñándose de las ciudades limítrofes, tratándolas como barrios de segunda.
Las políticas sociales de Montevideo no llegan a Canelones, porque no se encuentran en su Departamento. Los daños, sí. A saber: las empresas de transporte montevideanas fueron autorizadas a ingresar a Canelones y trasladar pasajeros en forma normal. Las empresas de Canelones no pueden parar en todas las paradas de Montevideo, ni cobrar boleto urbano en esa ciudad. ¿Otro ejemplo? Las toneladas de basura montevideana tienen un lugar reservado en Cañada Grande, en nuestro Departamento. No importa a las autoridades municipales de Montevideo y Canelones que allí sea una zona de producción rural, o que funcione una escuela, no son niños capitalinos.
El análisis da para varias entradas, y lo iremos realizando. En esta primera, analizaremos los cambios estéticos y funcionales que las ciudades en desarrollo deben tener.

LA CIUDAD QUE QUEREMOS.

En el blog de los jóvenes de Alianza Nacional Canelones, Ariel Ghans cuestionaba el estado del parque de Pando, descuidado, sucio y falto de infraestructura. La Plaza de Japón de Curitiba, que se observa en la imagen, es un ejemplo de lo que pensamos debe ser una ciudad. No es un problema de tamaño ni de población, sino de falta de ideas, de voluntad y de cultura de gobierno que todo gobernante debe tener. En el caso de Curitiba hubo una visión, y tras esa visión un compromiso de alcanzarla, lo que ha convertido a Curitiba en un ejemplo mundial. Las ciudades de Canelones, ¿no pueden aumentar sus espacios verdes, y hacerlos agradables, como forma de hacer confortable una ciudad? Quien se ha ido de su ciudad -cualquiera -, y ha regresado treinta años más tarde, no habrá encontrado grandes cambios en la arquitectura de la misma. Dentro de treinta años más, ¿vamos a ver las mismas ciudades envejecidas, grises y monótonas, o vamos a planificar desde ya cómo queremos que sean?
La construcción y mantenimiento de plazas y parques no es una tontería. Las plazas son espacios de encuentro e integración, son pulmones verdes, embellecen la ciudad y permiten a los niños jugar al aire libre.
Por otra parte, la escasez y la ausencia de líneas internas de transporte, bien organizadas y sensibles a las necesidades de la población, con paradas estratégicamente ubicadas, impide una correcta integración de los barrios, y aumenta el tráfico de automóviles, con la consiguiente saturación de las calles y aumento de la polución sonora. La foto de arriba pertenece nuevamente a Curitiba. Como no podía construir un Metro, ya que este tipo de transporte se construye con la ciudad, ideó un sistema de carriles exclusivos para los ómnibus, con paradas (las estructuras tubulares) al nivel de la plataforma, de forma de agilitar el ingreso y salida de pasajeros. ¿Resultado? Disminuyó el número de automóviles y se organizó el tráfico, desapareciendo el caos.
Tal vez alguno de los lectores piense que estos ejemplos no son posibles en nuestras ciudades. Ciudades como Curitiba, u otras con menor población, no se diferenciaban de las nuestras. ¿Cuál fue la diferencia? Tuvieron gobiernos que amaban sus ciudades, proyectaron sus ideas, y pusieron los dineros municipales al servicio de las mismas.
En definitiva, mejorar nuestra casa no es una cuestión de dinero, sino de mentalidad.