lunes, 19 de noviembre de 2007

LOS CORTES DE PUENTES DE ESTE GOBIERNO


La imagen, obviamente, no corresponde con la realidad, pero ilustra claramente la situación virtual que se vive en la frontera con Argentina.

La función de un puente es unir aquello que estaba separado. El río Uruguay nos separaba físicamente de Argentina, hasta que la construcción de los puentes de Fray Bentos - Puerto Unzué (Gualeguaychú) y Paysandú - Colón, más el paso sobre la represa de Salto Grande que une a Salto con Concordia terminaron con esa separación física, aumentando el flujo de ciudadanos entre ambos países. Es más, no hace mucho se discutió la necesidad de construir el puente Colonia - Buenos Aires, lo que daría una continuidad casi real entre ambos territorios.

Más allá de la mala fe de los diferentes actores argentinos, que disfrazan como una cuestión ecológica un conflicto de intereses geopolíticos y colonialistas, es justo reconocer que desde este lado del río no se pudieron hacer las cosas peor. El gobierno esperó inocentemente que esto se arreglara por afinidad política con la región, lo que revela una miopía que asusta. Por otra parte, se designó como canciller de Uruguay a Gargano, el político menos diplomático de todo el elenco de gobierno, que terminó siendo primero cuestionado y luego ignorado por el gobierno argentino. Todo parece indicar, que salvo que medie una aplastante resolución a favor de Uruguay por parte del Tribunal de La Haya, el conflicto entre Vázquez y la primera familia argentina durará hasta que se termine este gobierno.

Estas situaciones no son hechos aislados. La falta de diálogo de este gobierno, producto de su soberbia y de su mayoría parlamentaria, ha provocado la ruptura o la ausencia de otros puentes, necesarios para el desarrollo del país.

Este gobierno no tiene puentes con la oposición, a la cual no respeta e intenta avasallar en el Parlamento, negando instancias de concertación y haciendo votar leyes casi a tapas cerradas. Ni hablar cuando la oposición discrepa: todavía recordamos las palabras de Astori adjetivando a la oposición porque no está de acuerdo con el IRPF -debería atacar entonces a toda la población-, o las del presidente en ejercicio, senador Nin Novoa, atacando al Partido Nacional para tratar de defender lo indefendible, como es la gestión de De los Santos en Maldonado.

Este gobierno está volando los puentes con los trabajadores, algo absolutamente impensable al comienzo de esta gestión. No con las cúpulas sindicales, en su enorme mayoría frenteamplistas y comprometidas con el gobierno, sino con los que cada vez se sienten menos representados. Eso trajo aparejado algunos cambios en la dirigencia gremial, como el histórico triunfo de opciones no frenteamplistas en el Sindicato Médico, mientras que la izquierda comienza a perder pie en la enseñanza, en COFE y en ADEOM.

Mientras tanto, los impuestazos y la corrupción que comienza a aparecer entre los integrantes del gobierno nacional y en las intendencias de Montevideo, Maldonado y Canelones, están destruyendo los puentes con la gente, a sólo dos años de las elecciones. En la soberbia frenteamplista, el que no asiente es necio y enemigo, y debe ser atacado.

La sensación que se tiene es que el gobierno está cada día más huérfano de apoyo, debido a su falta de capacidad, su soberbia y su falta de respeto por la gente. Este gobierno vota instancias para aumentar su poder y disminuir los contralores. Por lo menos sospechoso, ¿no?

La ciudadanía, que en las pasadas elecciones se dividió en dos mitades, hoy vive una división diferente. La amplia mayoría convive en un solo territorio, excepto los integrantes del gobierno, que viven en una isla, aislada del resto por los puentes que ellos mismos han volado. Este gobierno cuenta con un arquitecto en sus filas -cuando no está viajando-, pero dejó afuera a ingenieros y constructores de puentes con la sociedad.

En la película "La Aldea", los habitantes de la misma viven su propia realidad, anclada en el pasado, y crean sus propios monstruos para mantener el control, mientras que del otro lado de los muros el mundo real es otro, actualizado y moderno.

Cualquier parecido con la realidad uruguaya, no es mera coincidencia.



miércoles, 7 de noviembre de 2007

¿VERDAD O CONSECUENCIA?


En el viejo juego de niños que da nombre a esta nota, se le realizaba a otros niños esta pregunta. Si elegía "verdad", tenía que contestar con la verdad la siguiente pregunta. Si elegía "consecuencia", debía cumplir con una prenda.
La noticia ha recorrido el mundo: enfrentamiento con golpes de puño en el Parlamento uruguayo. Conviene hacer un repaso de los hechos que llevaron a esta situación, y señalar como una vez más parte de la izquierda uruguaya prepotea irrespetuosamente, y luego miente para no asumir la culpa.
En la Cámara de Diputados se estaba discutiendo sobre lo publicado en el libro "Cero a la Izquierda", donde se entrevista al ex integrante del MLN, Jorge Zabalza. En ese libro, Zabalza cuenta que el MLN había preparado un grupo armado para resistir la extradición de los ciudadanos vascos, vinculados a la ETA, requeridos por el gobierno español, aún calculando que eso podía provocar un baño de sangre. Quienes recordamos ese día, tenemos presente que la manifestación era contra la legalidad, resistiendo al cumplimiento de acuerdos formales de extradición con el Reino de España. Y que ese día, apoyando la ilegal resistencia, se encontraba el actual Presidente, el Dr. Tabaré Vázquez.
El enfrentamiento entre los que querían impedir el cumplimiento de la ley por un lado, y la policía por el otro, trajo aparejada la muerte de Fernando Morroni, resistente a la extradición. La izquierda suele caer en estas situaciones: como en la toma de Pando, se busca la confrontación. Cuando hay una víctima, producto del enfrentamiento armado, se la martiriza, y no aceptan la responsabilidad por haber provocado los desmanes.
Las afirmaciones de Zabalza complican porque justifican la intervención policial en los hechos del Filtro. Estos temas a por lo menos una parte del MLN los complica mucho, ya que no han tenido la humildad de reconocer sus excesos. La confrontación con el pasado la evitan atacando a quienes los cuestionan. Como el relato surge de sus entrañas, Zabalza deja de ser compañero, y es acusado por el diputado Domínguez de mentiroso. ¿Qué es más creíble, que Zabalza, integrante en ese momento del MLN diga la verdad, o que mienta, haciéndole el juego a "la derecha" debido a una retorcida conjunción de intereses?
Sumado a la desautorización de Zabalza, se procedió a atacar al gobierno de la época, cuyo presidente era el Dr. Lacalle, padre del diputado involucrado. Ante tantas adjetivaciones negativas, el diputado Lacalle, al que aún le cuesta separar lo político de lo familiar, acusó al diputado Domínguez de mentir intencionalmente para eludir responsabilidades. Éste, quien ya en sus manifestaciones anteriores había demostrado mucha soberbia y poco arrepentimiento -esto no es subjetivo, se desprende de sus dichos-, intentó desautorizar por una cuestión de edad al diputado Lacalle, para luego, ante la arremetida de este último, proceder a insultarlo (-¡Guacho imberbe, oligarca puto, te voy a partir la cabeza!).
Mi banca está inmediatamente detrás de la del diputado Lacalle, y fui el primero que corrió a detenerlo, conjuntamente con el diputado Casaretto. El único adjetivo que Lacalle repetía era el de "mentiroso". No insultó groseramente en ningún momento a Domínguez, y no recuerdo exactamente que lo haya tratado de asesino. Los agravios partieron del diputado frenteamplista.
La historia debía haber terminado allí, con ambos contendientes contenidos por sus respectivos compañeros. Pero el diputado Arambillete tomó a Lacalle por el cuello, en momentos en que era controlado por el resto de los diputados blancos. No parece valiente atacar a alguien que no se puede defender, en un momento que la situación estaba controlada. Esto trajo aparejado nuevos forcejeos entre los involucrados.
Para terminar, cuando las aguas habían vuelto a su cauce nuevamente, el diputado Naya se acerca sigilosamente, y le aplica un golpe en el rostro de Lacalle, generando un nuevo intercambio.
Fuera de la Cámara no fui testigo presencial. Lacalle habría ido al baño a limpiarse, y fue esperado a la salida por los diputados que lo habían agredido anteriormente.
Al respecto, es preciso señalar que los insultos y los golpes comenzaron en la bancada frenteamplista. El diputado Ortuño señala en un medio de prensa que Lacalle insultó soezmente a Domínguez, y eso es falso. Como es falsa la imagen de víctima de Arambillete, ya que él agrede primero al tomar a Lacalle del cuello.
No apoyamos la actitud de Lacalle. Pero algunos diputados del gobierno han demostrado, en primer lugar, que no hay arrepentimiento por los errores del pasado. Y en segundo lugar, que la misma soberbia prepotente que ayer los indujo a arrogarse el derecho de iniciar una revuelta armada, vuelve a aparecer hoy invocando el derecho de insultar y golpear cobardemente. Obviamente, no son todos iguales. Pero en el día de ayer, los racionales estaban en uso de licencia, y sus suplentes no estuvieron a la altura del cargo que ocuparon.
Ayer, en el juego mencionado, la izquierda, para evitar la verdad, eligió el camino de las consecuencias, convirtiendo la prenda en hechos violentos.
Que seguimos esperando no vuelvan a repetirse.