miércoles, 28 de enero de 2009

FELIZ CUMPLEAÑOS, WILSON



Hace 90 años en Nico Pérez
JUAN RAÚL FERREIRA
En un día como hoy… en Nico Pérez, hace 90 años una señora rochense de nombre Fortuna, daba a luz a su segundo hijo varón. Su esposo controlaba de lejos la labor de la partera. Era médico rural e iban a pasar unos años aún antes de que se mudara a Melo donde los dos varones iban a ir a la escuela. Como buen cirujano, conocía mucho de la cultura alemana, en aquellos años Berlín era la capital de la ciencia médica. Por eso le puso Wilson… porque confiaba que el presidente americano iba evitar una paz vergonzosa para Alemania, que pudiera dar pie al nacionalismo germano y sus irresueltas identidades a iniciar otra confrontación mundial.
En realidad la casa donde nació, queda del otro lado de las vías del tren. O sea en la localidad que se llama José Batlle y Ordóñez. El Dr. Juan Francisco Ferreira cruzó la vía para anotar a su hijo, no sea cosa que lo acusaran de ser "batllista de nacimiento". Pero ambos pueblos eran una misma cosa… mera burocracia semántica.
Allí se crió Wilson Ferreira Aldunate. En aquel pequeño pueblo fundado apenas 20 años antes. Al urbanista Carlos Burmester le llevó unos cinco meses hacer los planos de aquella villa donde en las revoluciones de 1903 y 1904 solían acampar las tropas de Aparicio Saravia. ¿Quién se lo hubiera dicho? Burmester era colorado y batllista. Había peleado en la Revolución Tricolor a inicios del militarismo el siglo anterior. Había sido camarada de armas de muchos líderes blancos. Pero cuando las reyertas civiles enfrentaron a blancos y colorados, estuvo en filas opuestas a las de Saravia… Que habrá pensado que un pueblo diseñado por él calle por calle iba a ser su refugio.
La hija menor de Don Carlos (Silvia) hacía estos cuentos a su propia hija menor. Fue así como ésta, Susana, se crió escuchando cuentos sobre las guerras cívicas en los que Aparicio Saravia no salía muy bien parado. Pero Silvia Burmester terminó de grande votando a los blancos y en 1944, presenció la boda de su hija con Wilson Ferreira Aldunate, que un cuarto de siglo más tarde sería sucesor de Aparicio Saravia, caudillo de los blancos.
Pobre Papa Carlos, como le llamaban sus nietos, colorado como sangre de toro, fundó el pueblo donde se ocultó Saravia y su nieta se casó con la expresión corpórea de lo Blanco. Así es el Uruguay y es lo más lindo que tiene. Que sirva de consuelo a Don Carlos, que el "nieto político" que no conoció, lo recuerdan los suyos con el mismo cariño que sus adversarios históricos.
Hoy se pueden leer más de setenta libros en Uruguay sobre Wilson y encontrar más de medio millón de blogs, sitios web, facebooks, citas y referencias en Internet. El año pasado hizo 20 años de su muerte y las conmemoraciones empezaron con la presentación de un libro y fueron cerrados con la de otro. El libro de Diego Achard Se llamaba Wilson ganador de un premio Hidalgo, cuenta lo que Wilson hizo por este país. El estadista. Uno más modesto, que escribí yo, Tocando el Cielo habla más de cómo era. El hombre de Fe. Un libro que acabo de leer (Historias Tupamaras) al mencionarlo tangencialmente, lo pinta de pies a cabeza: un gran Humanista enamorado de la vida.
Era un hombre de Fe. Nada dogmático. Poco disciplinado a las jerarquías. Su único dogma era que Dios existía y que el Hombre era "su imagen y semejanza." Uruguay lleva 20 años alimentándose de su recuerdo. Hoy tendría 90 años.
El País Digital