miércoles, 6 de octubre de 2010

REPARANDO Y CONSTRUYENDO

El pasado lunes concurrimos a la sede del Partido Nacional, donde sesiona su Directorio, a efectos de hacer entrega de las firmas de los cincuenta y cuatro convencionales nacionales que apoyaron nuestra propuesta de convocar a la Convención Nacional para que sea ese ámbito, el más representativo del Partido, el que coordine la discusión acerca del presente y, sobre todo,  del futuro de nuestro Partido Nacional.
La historia que nos llevó a esta moción ya fue descrita en la entrada anterior.
Hoy queremos, de algún modo, hacer pública la descripción de la reunión sostenida entre quién suscribe, como  ocasional vocero de los convencionales firmantes, y el Directorio.
El diálogo se realizó básicamente con el Presidente del Directorio, Luis Alberto Lacalle. Allí expresamos los motivos por los cuáles presentamos la nota, ya especificados.
Planteamos al Directorio lo mismo que hemos planteado en la Convención pasada. Esto es, no nos anima el revisionismo del pasado proceso electoral. Se cometieron errores, algunos más notorios que otros, y todos somos responsables. Se deben asumir los mismos para no volver a cometerlos, y punto. Lo que nos espera por delante es cómo dinamizar, modernizar y potenciar el trabajo de este viejo Partido, que seguimos visualizando como una herramienta de progreso, a la que habrá que hacer varios retoques, pero que no ha perdido vigencia. La caza de brujas, tan común en otros partidos adversarios, no va a gestarse en el nuestro por nuestra acción.
Comentamos que es nuestro deseo que esa Convención solicitada se convierta no en un escenario amplificado de discursos, sino en el instrumento de recepción y análisis de propuestas que le permitan al Partido Nacional dar el paso final que necesita para convertirse en un instrumento dinámico, de acción constante y participación amplia.
Se nos planteó la decisión ya tomada -y que gratamente compartimos- de realizar asambleas departamentales en todo el país, para que todo aquel ciudadano que tiene algo que aportar pueda expresarse orgánicamente. Al respecto expresamos que era nuestra intención presentar documentos para esas discusiones. Acordamos entonces que la sucesión de asambleas termine con una Convención que recoja la síntesis de lo expresado, y que se abrirán instancias de recepción de documentos de análisis y propuestas que se harán masivos a través de su publicación en la página web oficial a medida que se vayan presentando.
Creemos haber aportado un granito de arena en la reconstrucción partidaria. El espíritu del Directorio, y nuestra petición, generaron la visualización de canales que quizás siempre estuvieron, pero no se detectaban fácilmente. Pasa a ser ahora una obligación moral participar de las asambleas, y animarnos a presentar propuestas de modernización partidaria. Aquellos que se han planteado dudas respecto al funcionamiento del Partido podrán pasar de la crítica a la acción. Ahora depende de todos.
En un momento de la vida política del país, donde el Frente Amplio se ha convertido apenas en un grupo de dirigentes con cargo, con cómites de base vacíos y con toma de decisiones cupulares; y donde el Partido Colorado parece ser sólo el partido de Bordaberry, sin lugar para los demás sectores, el Partido de Aparicio Saravia y de Wilson Ferreira Aldunate se encamina a derribar los muros que lo contenían para seguir siendo el Partido de la Nación.
Y como dice el eslógan de ese gran compañero y amigo que es Fernando Cuquejo, la revolución recién comienza.