lunes, 7 de noviembre de 2011

HACIA DÓNDE VAMOS

En estos días hemos recorrido, como agrupación,  un proceso de transición.
Comenzó con nuestro desprendimiento de la lista 2010 de Canelones, y culminó, del punto de vista formal, con nuestro reingreso a Alianza Nacional, algo que ya explicamos en la entrada o nota anterior.
Para muchas agrupaciones ahí terminaría la historia. Quedaría esperar, tan sólo, la llegada de las elecciones internas, y en función de los resultados, ver si se es candidato a algún cargo electivo o limitarse a acordar con alguna agrupación más exitosa la futura integración a algún lugar de trabajo, por llamar en forma eufemística a la búsqueda de un cargo que permita mejores ingresos o que aumente el reconocimiento y el poder.
Algunos otros, lamentablemente cada vez más y en todos los partidos, desean fervorosamente la llegada de las campañas electorales para convertirse en mercenarios políticos y obtener un salario o recompensa, producto de un sistema maquiavélico y tortuoso. Estoy cansado de ver y oír a seudodirigentes criticando a los políticos para los cuales trabajan, argumentando que sólo los han acompañado a cambio de una recompensa.
La compraventa de votos es un hecho corrupto. Si en vez de prestarse a esto esas personas  orientaran su trabajo hacia las opciones que prefieren, tendríamos un sistema más honesto y transparente, y a más ciudadanos comprometidos con el mismo. E insisto, que no salga ningún partido a declararse inocente, este ejemplo de corrupción atraviesa en forma horizontal a todos por igual. Es más, algunos grupos de izquierda que se llenan la boca hablando de ética política rentan militantes para copar sindicatos y acceder a sus direcciones.
Yo valoro a los pocos dirigentes sindicales votantes de los partidos históricos. Esos no cobran más sueldo que el de su propio trabajo, y dedican horas a la actividad sindical que retacean a sus familias. Pero esta es otra historia, y algún día escribiremos sobre ella.
¿Por qué hicimos este recorrido? Porque no nos satisface la búsqueda de objetivos de superación personal, ni para esto nos acompañan nuestros amigos. La obtención de una banca, o más de una, ya que vamos a participar electoralmente en varios departamentos, es simplemente la búsqueda de herramientas, y no un fin en sí mismo.
¿A dónde apuntamos? ¿Hacia dónde vamos? A la recuperación de la actividad política como una actividad altruista, que requiere poseer una serie de valores aceptados y compartidos para desempeñarla. Valores que en la sociedad están retrocediendo, y sólo con más educación y liderazgos adecuados podemos recuperar.

Defensa del trabajo y de los trabajadores.
En la conferencia de prensa realizada hace algunos días hablamos de nuestra condición de gente de trabajo y nuestra intención de priorizar la defensa de los trabajadores y del trabajo, no en función de sus ingresos sino en función de su esfuerzo. No todos los trabajadores son asalariados ni todos los asalariados son trabajadores. Reivindicamos al trabajo en sí mismo como herramienta de integración y desarrollo social y económico, y a los emprendedores como motores de la economía.

Honradez y transparencia administrativa y austero manejo de los recursos económicos.
Hemos planteado a nuestros compañeros la necesidad de manejarnos con transparencia económica y austeridad republicana. Si no somos capaces de evitar el gasto excesivo y ostentoso, no podemos pedirle a la gente que nos elija para gobernar y manejar los recursos públicos. A nuestra agrupación se ingresa por identificación con nuestros postulados, no a lucrar con una campaña electoral ni a buscar posicionamientos económicos. 

Humildad, lealtad y agradecimiento.
La lealtad es absolutamente imprescindible en cualquier proyecto político serio. No nos referimos a la absurda incondicionalidad, sino a la identificación con un proyecto político y con los compañeros que ayudan a llevarlo adelante, sean dirigentes o votantes. Ocupar una representación implica una gran responsabilidad, y sólo con humildad y agradecimiento a aquellos que nos designan podemos brindar la confianza necesaria para que confíen en nuestro desempeño. Ser desagradecido es síntoma de soberbia, y no hay lugar para la soberbia en nuestro proyecto.

La educación como herramienta de desarrollo.
De todos los factores de desarrollo de una sociedad, la educación es la única variable que podemos controlar. Las variables económicas dependen de los mercados, pero el valor agregado de un producto depende de la formación educativa. Un ciudadano que ha completado adecuadamente su formación educativa  es un ciudadano con mayores posibilidades de inserción laboral e integración social, tiene un mayor nivel de relacionamiento y contribuye  positivamente en la construcción de una sociedad integrada y solidaria.

La libertad individual y la justicia como bienes supremos.
Nuestra sociedad ha sufrido en los últimos años, con el acceso de la izquierda al gobierno, un retroceso en las libertades individuales. El gobierno espía compulsivamente nuestros ingresos y nuestros gastos, intenta determinar nuestros hábitos, digita nuestras comunicaciones y nos quita capacidad de elección. Minimiza la labor del Parlamento y cuestiona a la justicia cuando los investigados son prohombres de izquierda, como si la corrupción sólo fuera condenable cuando la sufren otros. Atropella, a veces sutilmente, a veces torpemente, derechos consagrados en la Constitución en nombre de un Estado superior que sólo representa a unos pocos. La defensa de todos los derechos humanos requiere un respeto por la libertad y la justicia, y por ende, de la democracia. El respeto por  los principios democráticos es razón de ser y de existir de nuestro grupo. La imagen que ilustra esta nota se llama "La Libertad ama a la Justicia" y, más allá de parecer un poco desenfadada, nos pareció sumamente apropiada.

La obsesión por el trabajo político permanente y el respeto por el elector.
Estamos cansados de los políticos golondrina, que durante seis meses cada cinco años aparecen a ofrecer espejitos de colores a la ciudadanía. La actividad política debe ser encarada como gestión permanente, y nuestro accionar debe estar a la altura de la confianza que se nos otorga cuando se abre la puerta de una casa para recibirnos. La política no es un juego de poder sino un compromiso con la ciudadanía, la mayoría de las veces sin remuneración. Requiere esfuerzo, sacrificio, nos retacea horas de descanso y de familia. Por eso siempre hemos descreído de aquellos que, por ser económicamente exitosos, creen que alcanza con poner un dinero en una campaña electoral a cambio de un lugar en una lista. Suelen desaparecer y hasta mudarse luego de las elecciones, aún habiendo sido electos. Y repudiamos a aquellos que les dan el espacio a cambio del dinero, en una postura mercantilista que nada tiene que ver con la política.

Llegó la hora de dejar claras las diferencias, y de pedirle a la ciudadanía que elija con responsabilidad, y se haga cargo de las consecuencias de su elección. Detrás de un mal dirigente político hay malos electores, que se dejaron engañar en forma consciente.
Hay tiempo para decidir.
A elegir bien, pues.

martes, 25 de octubre de 2011

ALIANZA

Primero, la noticia.
En la tarde del lunes 24 nos incorporamos, como agrupación independiente, al sector Alianza Nacional.
Tal vez para muchos sea una sorpresa, pero para los compañeros que nos acompañan políticamente y para quien escribe es el corolario de un proceso de toma de decisiones que incluyó el dejar atrás una historia de doce años junto a  viejos amigos políticos, realizar un análisis exhaustivo de la realidad política nacionalista,  planificar la conformación de un importante proyecto político nacional que apuesta ambiciosamente a cambiar la realidad partidaria para poder cambiar al país, e incorporarnos al sector que nos parece más apropiado para ese proyecto, el más wilsonista de todos, previo diálogo con su conductor para discutir y superar las diferencias que provocaron nuestra partida hace unos meses atrás. 
No tiene sentido explayarnos en los motivos que nos llevaron a alejarnos de la agrupación de Alberto Perdomo. Sí nos parece importante comentar que buena parte de los mismos fueron planteados a su referente,  que nos alejamos en los mejores términos, y que sólo nos llevamos lo que nadie puede discutir que nos pertenece: nuestro capital político, construido con esfuerzo y credibilidad, y una estructura propia, que no sólo se mantiene como si estuviese en la víspera de la pasada elección sino que hasta se ha dado el lujo de crecer en medio de la adversidad.
Durante este año y medio nos hemos entrevistado con varios dirigentes nacionales, que nos honraron en varias oportunidades visitando nuestra casa. Como se trata de hacer comparaciones, no vamos a nombrarlos. Pero a medida que el tiempo aplacaba los enojos ya comentados empezamos a revalorizar la importancia de estar en un sector donde nos sintiéramos en casa, y formar parte de un proyecto político consolidado. Por eso, ante las gestiones de un gran amigo en común, aceptamos encontrarnos con Jorge Larrañaga.
Comenzamos hablando del pasado, y analizando los hechos que nos llevaron a alejarnos de Alianza. Conversamos como lo hacen dos personas de bien, cada uno marcando su posición apasionadamente, pero tratando de entender los argumentos del otro. Hacía falta esa instancia, y es justo señalar que Larrañaga en ningún momento la rehuyó.
Hablar del futuro fue mucho más fácil. Nos contó su proyecto, que ya conocíamos por haberlo acompañado, y nos planteó su interés de que seamos protagonistas en Canelones, lo cual sin duda compartimos. Pero como nos gustan los desafíos, manifestamos nuestra intención de trabajar sí en Canelones, pero también hacerlo en Montevideo y en algunos departamentos del Interior, en los cuales contamos con buenos amigos que ya nos han manifestado su deseo de acompañarnos.
Entendemos que, como grupo, tenemos cosas para aportar.
Queremos generar un gran movimiento dentro de Alianza Nacional, que apueste al trabajo político permanente. Que no piense en electores sino en vecinos. Que actúe con honestidad y transparencia. Que levante la bandera del trabajo y la defensa de la clase trabajadora. Que proponga la agenda política y participe con ideas en los grandes temas nacionales y departamentales. Que dignifique el trabajo político para que la palabra "político" deje de ser sinónimo de mala palabra. Que abra la puerta a los más jóvenes, como alguna vez Wilson la abrió para nosotros.
El partido de  gobierno se encuentra en crisis, con liderazgos cuestionados, con episodios de corrupción en sus filas, con luchas intestinas por el poder, con políticas económicas neoliberales. El Frente Amplio se terminó convirtiendo en lo que tanto combatía. Llegó la hora de cambiarlos y generar la siempre saludable alternancia en el poder.
Si el Partido Nacional entiende el desafío, termina de procesar los necesarios cambios que inició, y se prepara para gobernar, será la primera opción de cambio. Pero para eso debe profundizar su acercamiento con la gente, y plantear opciones electorales éticamente intachables.
En ese camino queremos andar, y hacia allí va nuestra colaboración. Elegimos a Alianza, la casa del wilsonismo. Pero no para ocupar un lugarcito y arrimar unos votitos, sino para profundizar los cambios que entendemos necesarios para que la gente vuelva a confiar en nosotros.
Porque, como dijo Wilson, la única victoria que vale la pena es la que se obtiene embarcando al país entero en una enorme y arrolladora ola de esperanza compartida.
A trabajar, pues.

domingo, 10 de julio de 2011

¿NO DISCRIMINO? LA DISCRIMINACIÓN EN URUGUAY

UNICEF está aprovechando la difusión que la Copa América genera para realizar una campaña contra la discriminación. La invitación a agregar "NO DISCRIMINO" en mi cuenta de Twitter (@bioprofe) me llegó a través de Diego Forlán, pero también ha adherido, entre otros, Jorge Larrañaga.
Nuestro país se ha jactado históricamente de ser un país integrador, tolerante y no racista. ¿Esta visión es correcta?
Analicemos.
El 4 de junio pasado, Tommy, un nigeriano que vive en Uruguay, fue a un conocido boliche bailable. Pidió un tequila en la barra, y se fue al baño. Cuando salió del baño lo esperaban dos patovicas que, según la crónica del diario "La República", integraban el equipo de seguridad del lugar. Lo tomaron por la espalda, le sujetaron las manos, lo sacaron del local, y le dieron una paliza. Como consecuencia de ello, Tommy perdió la función visual derecha, y a la fecha de la crónica y operación mediante, no se sabía si se podía recuperar.
Este hecho actuó como un disparador. Según la organización "Mundo Afro", la población negra en Uruguay es el diez por ciento del total.  De ese diez por ciento, sólo el diez por ciento son profesionales universitarios, políticos o empresarios, mientras que el cuarenta por ciento vive debajo de la línea de pobreza. El salario promedio de la población negra en nuestro país es un 37% más bajo que el de la población blanca que cumple las mismas funciones. No parecen cifras propias de un país que no discrimina.
Cambiemos de ángulo. ¿Hay dicriminación sexual en Uruguay? Seguramente algún optimista nos cuente del crecimiento de las mujeres en las áreas universitarias o en los cargos ejecutivos. Sin embargo, las mujeres aún tienen dificultades para acceder a empleos calificados, y su remuneración es promedialmente más baja que la de los hombres que desempeñan la misma tarea. Y en los cargos de gobierno, salvo algunas honrosas -y no tan honrosas-  situaciones, las mujeres escasean. Tanto, que el Parlamento votó al grito una ley que obliga a incorporar mujeres por cuota, siendo la condición necesaria poseer genitales femeninos, y no capacidad y trabajo político. Algunas festejaron. Las que son reconocidas por sus condiciones, se sintieron ofendidas.
La discriminación sexual es tan amplia como la variedad de género. ¿Cuántas travestis conocemos en lugares de trabajo con acceso al público? ¿A cuántas se les permite asistir a un centro de estudios con falda y/o con maquillaje? Ni hablemos de ocupar un cargo ejecutivo... Las alternativas de género se condenan homofóbicamente a la luz del día, o son motivo de burlas, pero son objeto de búsqueda durante la noche, muchas veces por los mismos emisores de la condena, en una esquizofrenia social tan preocupante y patológica como la homofobia.
¿Y en el campo del pensamiento? Día a día encontramos policías ideológicos, que se encargan de atacar despectivamente a todo aquel que piense diferente. En los '60 y '70, ser comunista o tupamaro era sinónimo de desprecio. Hoy la izquierda llegó al poder y ganó la batalla cultural, para alimentar un macartismo de izquierda donde si no se es frenteamplista se es corrupto o ladrón. El Dr. José Korseniak llamaba despectivamente "la derecha" a todo aquel que no formaba parte del Frente Amplio, situación que muchos repiten. ¿Y si discrepás con la conducción de tu sindicato? Con suerte te tratarán de "amarillo", con un poco de mala suerte serás "carnero", y con mucha mala suerte vendrá un  piquete a molerte a palos o serás víctima de un "escrache".
Deportivamente no estamos mucho mejor, aunque estos vientos celestes que estamos disfrutando han parado un poco la mano. De todos modos, los de Peñarol y los de Nacional se miran de reojo, y entre Defensor y Danubio, Rampla y Cerro, y varios ejemplos más, lo mismo. Ya no podemos ir juntos a la misma tribuna, hecho hasta hace poco impensable.
¿Te gusta la música? ¿Cuál? ¿La cumbia de los "planchas" o la electrónica de los "conchetos"? ¿El tango de los "viejos" o el rock "puro ruido" de los jóvenes? Como se ve, la discriminación, en forma grosera o en forma sutil, invade nuestra sociedad "abierta y culta", y nos arranca la máscara de tolerancia que injustamente portamos.
Las rejas en nuestras casas no sólo nos protegen (¿lo hacen realmente?) de la delincuencia. También nos separan del vecino y del barrio donde vivimos. Y otras rejas mentales, tal vez consecuencia de la inseguridad, nos aleja de los lugares de encuentro. Si no vamos a la plaza, si no recorremos las calles a pie por miedo o por comodidad, si no nos encontramos en los comercios barriales, o ya no vamos a la cancha porque se ha puesto "pesado", vamos limitando nuestro mundo a las paredes de nuestra casa. Y aquellos crisoles donde se fundían el rico con el pobre, el de Nacional con el de Peñarol, el cumbiero con el rockero, van desapareciendo.
Está buena la campaña de UNICEF. Pero si no agregamos algunas medidas de verdad, es como pegar un autoadhesivo de apoyo al medio ambiente en nuestra ventana, pero seguir tirando la basura en el basural de la esquina: nos sentiremos un poco mejor con nuestra conciencia, pero seguiremos contaminando.
Tenemos que aprender a convivir.
Creer en una religión diferente a la propia, tener otros rasgos u otro color de piel, tener gustos sexuales diferentes, ser hincha de otro cuadro o adherir a otro partido político es parte de la necesaria diversidad que nos enriquece como seres humanos. Cuando aprendemos a valorar la diferencia, ampliamos nuestras mentes y convertimos a nuestro mundo en un lugar más agradable.
Y créanme, realmente vale la pena.

miércoles, 13 de abril de 2011

RECUPERAR LA DIGNIDAD DOCENTE

En el año 2007, "Alicia Martínez estaba en un recreo de su clase de 2° año del liceo 18 de Montevideo. La docente de Idioma Español conversaba con alumnos suyos y otros de 1°. De pronto, un chico se acercó, le lanzó un puñetazo en el rostro y se fue corriendo." describe el diario "El País"
"Hoy el alumno de 13 años, del 1° 3 que fue expresamente a mi clase, se burló de una profesora y es conocido por su mal comportamiento, está de vuelta en su salón. Yo: con licencia médica", relató en ese momento Martínez al matutino.
La Directora del liceo suspendió al alumno por ¡dos días! Posteriormente el Consejo Asesor Pedagógico (CAP) extendió la suspensión por doce días, seguramente influenciados por la absurda decisión de la Directora. Martínez preguntó quien era el "jovencito de gorro hasta los ojos" que le había pegado y avisó a la directora del liceo 18 y a la adscripta. Ellas lo trajeron "en un mar de lágrimas". El chico dijo que Martínez debía "reconocer" que ella misma se había hecho la marca, que aún estaba en su cara. "Decidí entonces, terminar mi clase y dirigirme luego a la Comisaría 12 donde radiqué la denuncia policial", señaló Martínez.
"Una profesora de un liceo público ubicado en Parque Rodó describió a su lugar de trabajo como el Bronx. "Hace años que estoy desmotivada y quiero cambiar de trabajo. Sufro de un estrés importante que no pasa por la cantidad de horas laborales, pasa por todo un entorno que tiene que ver con la violencia de los alumnos. Fuman porros en la puerta del liceo, en la cara del director. El sistema los protege y a los profesores nos toca aguantar. Claro, no son las autoridades las que después tienen problemas cardíacos por el estrés", dijo la docente que prefirió no ser identificada." describe en otra edición el mismo diario, en julio del 2007.
En el liceo de Paso Carrasco, un alumno amenazó con una navaja a un docente, mientras le decía "te voy a cortar el saco". El profesor le confiscó la navaja e informó a la Dirección. Lo suspendieron ¡dos días!
"La profesora del liceo de Shangrila (Susana Álvarez) se encuentra en grave estado luego de ser apuñalada en el día de ayer a la salida del turno vespertino. Según familiares de la docente había recibido amenazas de la madre de una alumna, hecho que esta registrado en actas en el propio centro de enseñanza. Tras ser operada, la victima permanece en cuidados intensivos de un sanatorio. La mujer iba en su moto cuando fue atacada por dos adolescentes que le dieron dos puntazos y cuando cayó al piso le siguieron pegando golpes.", nos cuenta Canal 12 en su página web. 
Ya hace largo tiempo que la enseñanza en nuestro país se encuentra en un proceso de deterioro, agravado por la decisión de las autoridades de definir a la enseñanza formal como el espacio inclusor. Al respecto, corresponde realizar algunos análisis.
Desde hace varios años la educación está conducida por jerarcas que oscilan entre la ineptitud, la soledad y la terquedad.
No tenemos como país, realmente, un proyecto educativo formal. No hay rumbo, no hay metas, y por lo tanto, no hay estrategias consensuadas para llegar a un destino en materia educativa. No estamos formando con un objetivo, y si la crisis no es aún peor es gracias a los docentes, que realmente han sostenido a la enseñanza durante los últimos cincuenta años.
A alguien se le ocurrió -durante el segundo gobierno de Sanguinetti y refrendado por todos los gobiernos subsiguientes hasta nuestros días- que el liceo debía ser el espacio inclusor, donde contener a los jóvenes en peligro de situación de calle.
Corresponde señalar que creemos en las estrategias inclusoras cuando son apropiadas. Nos tocó trabajar en un proyecto -Red de Casajóvenes- que siempre nos pareció un buen punto de partida para construir un verdadero espacio inclusor, con actividades lúdicas y talleres de educación no formal y formación laboral.
La formación docente no contempla la capacitación para trabajar con jóvenes en situación de calle, por lo tanto se le exigió a los profesores una tarea para la cual no estaban formados, y para la cual, en muchos casos, no se posee el perfil.
Tampoco se tuvo en cuenta la capacidad del resto del estudiantado para absorber esto.
Resultado: el espacio educativo formal no se ha mostrado efectivo en la contención, y estamos perdiendo a los buenos estudiantes y afectando el trabajo de los buenos docentes. 
Frente a esto, crece la matrícula en los liceos privados, estamos guetizando a la educación pública. En vez de incluir a los que se salieron del sistema, estamos perdiendo a los que están adentro.
La discusión por los resultados de las pruebas PISA son de una hipocresía repugnante: las mismas autoridades responsables por la pauperización de la enseñanza son las que ponen el grito en el cielo por los bajos resultados, pero siguen pidiendo bajar el nivel de exigencia para contener a los que se salen del sistema educativo.
La sociedad se está desintegrando y se están perdiendo los valores que alguna vez fueron parte de la identidad nacional. Esta situación afecta a los alumnos y traslada la misma al interior de las aulas, siendo esta una de las causas de la falta de respeto a los docentes. Pero también es justo decir que con medidas como las relatadas al principio de esta nota difícilmente se pueda manifestar que se protege la integridad del docente.
Cuando éramos estudiantes, a nadie se le ocurría hacer frente a un profesor de forma violenta. Primero, porque sentíamos respeto por el rol, tal cual nos enseñaron en nuestra casa. Segundo, porque sabíamos que detrás de la agresión sobrevenía la expulsión, y por todo un año no podíamos ni rendir exámenes en todo el territorio nacional. Hoy te golpea un alumno, y lo suspenden dos días. Los padres de esos alumnos, tan faltos de valores como ellos, amenazan impunemente, a sabiendas que el sistema prefiere proteger su mala educación antes de proteger al docente que intenta educar. Por suerte, la gran mayoría de los alumnos y la mayoría de los padres aún recorren un camino de respeto.
Los docentes nos debemos una discusión profunda. Nuestra visión en la educación no está representada -mucho menos por el consejero que habló de suspender las clases por un año-, y debemos exigir respeto y seguridad laboral. Y si hay que tomar medidas de lucha, recordemos que la integridad física y mental es más importante que unos días de descuento en nuestro salario.
Está en juego la calidad de nuestro trabajo. Pero, por sobre todas las cosas, también está en juego la calidad de la enseñanza que reciben los estudiantes y que -por suerte- aún valoran la gran mayoría de los padres que siguen apostando por la educación pública.
No esperemos a que sea demasiado tarde.

domingo, 20 de marzo de 2011

YA BASTA

En la última Convención Nacional, realizada en agosto del año pasado, más de cincuenta convencionales  solicitamos bajo firma, de acuerdo a lo estipulado por la Carta Orgánica, la realización de una nueva Convención, para discutir en ella el presente y el futuro de nuestro Partido Nacional.
Le tocó a quien escribe llevar las firmas al Directorio. Luego de varias horas de espera -que entendemos pues no habíamos pedido entrevista-, nos reunimos con parte del mismo, encontrándose entre los presentes el Presidente del mismo, Luis Lacalle, y el Presidente de la Convención,  Alejo Umpiérrez.
En la reunión, que ya fue explicada en una entrada anterior, expusimos los motivos por los cuáles solicitábamos una nueva  Convención en los siguientes treinta días. Dejamos en claro que no nos guiaban sentimientos macartistas y por lo tanto no era nuestro interés remover las heridas del pasado, sino que entendíamos que el Partido Nacional debía discutir su futuro y que esa discusión debía realizarse en el órgano más amplio y democrático que posee: su Convención Nacional.
Se nos habló por parte de Lacalle de la intención de generar asambleas en todo el país, lo cual valoramos, y se nos expresó que realizar la Convención al final de las mismas podía significar que la fecha coincidiera con las fiestas tradicionales, lo que podía atentar contra la convocatoria. Aceptamos entonces realizar la Convención en marzo, y entendimos de las palabras de Lacalle -y entendimos bien- que quedaba sin efecto la convocatoria a la Convención Delegada, para que en su lugar fuera nuestro órgano soberano el que discutiera los resultados de las asambleas y los documentos presentados en las mismas o en la página web del Partido, en el espacio creado para tal fin. Se nos pidió además no generar discusiones fraticidas, lo cual compartimos y cuya correspondencia esperamos.
Nos fuimos contentos y optimistas. Teníamos muchas expectativas por las asambleas locales, y una Convención Nacional nos esperaba al final de este camino. Por otra parte, el poder aportar documentos que iban a ser publicados en la página web, al alcance de todos, democratizaba la discusión.
Luego del sol, la tormenta. En principio, como esas nubes que comienzan a aparecer en el horizonte, las asambleas no fueron lo que esperábamos. Nos guardamos la descripción para no ser injustos, ya que no participamos en todas, pero entre lo que vimos y los comentarios que recibimos, concluímos que no fueron espacios transversales de discusión.
En lo particular, entendíamos que enviar un diagnóstico de la situación era ser reiterativos con las palabras de otros compañeros. Quisimos, entonces, aportar soluciones: la creación de una fundación cultural, la instalación de comisiones programáticas abiertas, que a su vez funcionaran como un gabinete en la sombra, y la creación de un Instituto de formación política con tres niveles: un nivel básico gratuito o con muy bajo costo para jóvenes y militantes en general, otro, para la formación integral de los candidatos, con un costo razonable, y un nivel superior de formación profunda, obligatorio para quienes ocupen cargos en nombre del Partido, para que no pasemos vergüenza con dirigentes sin contenidos ocupando cargos públicos y diciendo tonterías en la prensa, tan común en nuestro sistema político.
Enviamos el primer documento de los tres que pensábamos aportar, el de la fundación cultural. Nunca se publicó. Luego de agregarse un documento de Juan Chiruchi, nada más apareció en la página que debe ser de todos. Ni nos molestamos en enviar los otros dos. Hay doce documentos publicados, la prensa habla de más de cincuenta enviados. Compromiso incumplido.
A principios de diciembre se citó a una Convención Delegada, lo cual no fue lo hablado. Callamos porque las fechas no eran las adecuadas, y seguimos esperando la convocatoria en marzo. En estas fechas se reúne nuevamente la Delegada, no la Convención Nacional. Compromiso incumplido.
El Partido tiene un órgano de conducción inapropiado para los tiempos que corren y para los desafíos que vienen. Es un órgano de encuentro entre los dirigentes de las corrientes partidarias formadas antes de la interna, y con representación parlamentaria. Como los dos sectores mayoritarios tienen líderes indiscutidos, uno no nota en el Directorio resoluciones diferentes a los pensamientos de Lacalle y de Larrañaga. No tienen expresión orgánica la opinión, por ejemplo, de los doce intendentes que cambiaron el mapa político del país y del Partido en mayo de 2010. No hay espacios para expresar nuevas ideas: en educación, por ejemplo, seguimos viendo las mismas caras y escuchando a las mismas personas que hace veinte años. Y hace veinte años que no somos gobierno. Debe haber alguna relación, sin duda.
¿Y la gente? Uno esperaba ver que, ante la crisis de participación del Frente Amplio y la traición ideológica de varios de sus dirigentes, el Partido Nacional volvía a abrir las puertas -que nunca debió cerrar- a la participación ciudadana, a todos aquellos que tuviesen ideas, ganas o ambas cosas y las quisieran aportar a la recuperación de nuestro partido. Sin embargo, algunos dirigentes, temerosos de perder su pequeño espacio de poder, trancan la puerta del otro lado, mientras las bases del Partido Nacional están en ebullición. El Directorio no se ha dado cuenta que no es un problema de sectores. Los propios integrantes del Herrerismo y de Alianza están desconformes con esto. Ni hablar de aquellos que no nos sentimos reflejados en ninguno de los dos. Esto termina de dos maneras: o el Directorio cambia, o será el responsable del divorcio entre él y el Partido, como en la revolución saravista.
Una acotación, al final. La no convocatoria de la Convención Nacional solicitada por cincuenta convencionales implica la violación a la Carta Orgánica. Todos sabemos las consecuencias de este hecho. Esperemos prontamente tener novedades, y que todo haya sido, como en la película de Jim Carrey "Lemony Snickett", una serie de eventos desafortunados.
La lealtad y la fratenidad se pueden exigir cuando se realiza en ambos sentidos. Nosotros ya hemos dado muestras de ello.
Esperamos, por lo tanto, la correspondencia.

domingo, 30 de enero de 2011

UNA PROPUESTA JUSTA

El diario "El País" del día de hoy (domingo 30 de enero), en su crónica sobre el encuentro anual del Herrerismo (UNA) en La Paloma, publica la noticia de que el diputado Lacalle Pou presentaría un proyecto para bajar la mayoría de edad a los 16 años, de manera de contemplar, además de las obligaciones generadas en la reclamada rebaja de la edad de imputabilidad, tan de moda en estos días, los derechos de los jóvenes.
Suelo leer el diario los domingos luego del desayuno. La noticia publicada en el mencionado matutino generó varias llamadas telefónicas de diversos compañeros, más madrugadores que quién escribe, para,  realizar comentarios sobre la misma.
¿Cuál es el motivo de tan tempranas y domingueras reacciones? La idea presentada por Lacalle Pou coincide, en espíritu, contenido y hasta en presentación, con una prédica que hemos venido haciendo ya hace varios meses en diversos encuentros con los dirigentes que me acompañan políticamente.
Más allá de comprender el enojo de los compañeros, corresponde realizar algunas puntualizaciones.
En primer lugar, la idea ya resultaba un tanto obvia. Entre tanta correntada a favor de bajar a 16 años la edad de imputabilidad, cargando las tintas en las obligaciones y dejando de lado los derechos, era esperable que alguien más se acordara de la -por suerte- abrumadora mayoría de los jóvenes que no delinquen, que estudian, trabajan y realizan aportes sumamente positivos a la sociedad. Que un joven pueda ir preso a los 16 años, pero no pueda votar, deba pedir permiso para casarse, no pueda manejar un automóvil ni siquiera de día, y deba tramitar un permiso especial para poder trabajar, solamente era posible en la cabeza de algunos reaccionarios que sólo se preocupan por sus propios intereses.
En segundo lugar, si la idea fue incorporada a través de terceros, no debe tomarse como un acto de deslealtad. Varios compañeros conocían mi intención de presentar dicho proyecto de ley apenas me incorporara al Parlamento. Que en sucesivos comentarios boca a boca la propuesta haya llegado a oídos del  legislador habiéndose perdido el origen de la misma, es absolutamente esperable. Nos alegra que la misma haya "prendido" -señal de que no era descabellada-, y mucho más nos alegra que sea un compañero del Partido Nacional, y sobre todo Lacalle Pou, con el cual tenemos una buena relación, el que la lleve adelante en el escenario parlamentario. No es culpa de éste que no hayamos aún ingresado al  Parlamento, sino de quienes nos anteceden en la banca. Es un problema de altura; cuando dependió de nosotros en el anterior período que otros compañeros ocuparan la banca, no entorpecimos ni le negamos jamás el ingreso a nadie.
En las próximas horas nos comunicaremos con Lacalle Pou para ponernos a las órdenes, a los efectos de colaborar -si le interesa- en la construcción del articulado del proyecto. Lo importante es que se concrete, y no es cosa menor que sea el Partido Nacional el que lo lleve adelante, defendiendo los derechos de los que tienen menos derechos, en este caso, los jóvenes. 
La historia nos obliga. 

jueves, 27 de enero de 2011

MENOS MUSEO Y MÁS ESCUELA (FELIZ CUMPLEAÑOS, WILSON)

El viernes 28 de enero se cumplirían 92 años del nacimiento de Wilson Ferreira Aldunate.
Para los que ya tenemos recorrido largo en la vida, tal vez no sea necesario explicar demasiado el motivo de nuestra admiración. Pero ya pasaron casi 23 años de su muerte, y muchas generaciones se lo perdieron. Y algunos dirigentes políticos, que lo conocieron muy bien, recuerdan sólo su nombre, pero no parecen recordar su pensamiento. Para los primeros, haremos una breve y libre reseña histórica. Para los segundos, un recordatorio de lo lejos que están de la figura y el pensamiento de Wilson.
Wilson nació en Nico Pérez, localidad ubicada exactamente en el límite entre Lavalleja y Florida. Esta localidad está ligada indisolublemente a la historia del Partido Nacional, ya que allí reunía Aparicio Saravia a sus ejércitos. En 1907, el gobierno del Partido Colorado le cambió el nombre al tramo de la localidad situado en Lavalleja por el de José Batlle y Ordóñez. El cambio de nombre sólo ofició en los libros, ya que los habitantes, en su mayoría blancos, siguieron llamándola Nico Pérez. El tramo ubicado en Florida mantiene su nombre original.
Al año siguiente se muda para Melo, y en 1933, con 14 años, llega a Montevideo. En ese año y a esa edad comienza su compromiso político, oponiéndose al golpe de estado de Gabriel Terra.
Con profundas convicciones republicanas y democráticas, se opuso firmemente al franquismo durante la guerra civil española, y al nazismo y al fascismo durante la segunda guerra mundial.
Integrante del Partido Nacional Independiente, en aquellos tiempos escindido del Partido Nacional, acompañó políticamente a los hermanos Washington y Enrique Beltrán. En el período 1955-1958 accede durante seis meses al parlamento como suplente del primero.
En las elecciones de 1958 el Partido Nacional -ya unificado- accede al gobierno, y Wilson es electo diputado por el Departamento de Colonia.
En 1962 es electo Senador, pero es designado  Ministro de Ganadería y Agricultura.
Desde este Ministerio impulsa la creación de la Comisión de Inversiones y Desarrollo Económico  (CIDE), que realizó el primer diagnóstico integral de la sociedad uruguaya, elaborando una serie de propuestas y proyectos de ley, entre ellos el proyecto de Reforma Agraria que luego impulsó en su plan de gobierno de 1971. La gestión de la CIDE fue absolutamente fundamental para la época, y jerarquizó la gestión de Wilson al frente del Ministerio.
En 1966 el Partido Nacional pierde el gobierno en manos del Partido Colorado. El presidente electo, el Gral. Oscar Gestido, muere a los pocos meses, y un casi desconocido vicepresidente llamado Jorge Pacheco Areco accede al poder, iniciando un período marcado por el autoritarismo de Estado,  que con la justificación de enfrentar a los movimientos armados que intentaban tomar el poder por la fuerza (MLN  y otros brazos armados de grupos minoritarios de izquierda) fueron recortando los espacios de libertad y aumentando la represión hacia la sociedad civil.
Desde el Senado, Wison fiscaliza la acción del gobierno y se opone a sus excesos. En ese período interpela a los ministros de Industria, Guzmán Acosta y Lara (1967)  y del Interior, Pedro W. Cersósimo (1970), provocando sus respectivas renuncias.
Previo a las elecciones de 1971 Wilson funda un nuevo sector, el movimiento "Por la Patria". Conformado por un pequeño grupo de amigos, rápidamente recibe el apoyo del pueblo nacionalista, convirtiéndolo en el sector mayoritario del Partido Nacional.
En 1971 Por la Patria, el Movimiento Nacional de Rocha y Divisa Blanca postulan la fórmula presidencial Wilson Ferreira Aldunate - Carlos Julio Pereyra. En medio del clima de violencia reinante y de una polarización entre el Partido Colorado y el Frente Amplio, la fórmula nacionalista es la más votada y el Partido Nacional gana las elecciones. Pero un fraude electoral, confirmado al desclasificarse recientemente archivos de inteligencia norteamericanos de la época, presenta al Partido Colorado como el ganador. Escondido detrás de la frustrada e inconstitucional reelección de Pacheco, un poco conocido Juan María Bordaberry (padre del actual dirigente colorado) accede al gobierno.
Como corolario de un gobierno represor y, conjuntamente con los grupos armados de izquierda anteriormente nombrados, violador de derechos humanos, Juan María Bordaberry, hombre de pocas convicciones democráticas, apoyado por la mayoría de las Fuerzas Armadas da un golpe de estado el 27 de junio de 1973 y disuelve el Parlamento.
En la noche anterior, ante el rumor posteriormente confirmado del inminente golpe de estado, el Senado se reúne para tratar el tema. Allí, Wilson pronuncia un memorable discurso, declarando al Partido Nacional como el más irreconciliable enemigo de la dictadura en ciernes y proclamándolo como "el vengador de la República". Los hechos y conductas posteriores de cada fuerza política le darían la razón.
Esa misma noche, Wilson parte hacia el exilio. Buenos Aires primero, hasta que en 1976, ante el atentado que acaba con las vidas de Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz y que tenía como objetivo acabar también con la suya, emigra a Londres.
Durante el exilio la actividad de Wilson contra la dictadura fue descomunal. En ese mismo año es recibido por el Comité Fraser del Congreso de Estados Unidos, y ante sus denuncias contra el gobierno dictatorial de Uruguay el Congreso aprueba la Enmienda Koch, suspendiendo la ayuda militar a nuestro país. Como represalia, la dictadura procesa a Wilson por atentado a la Constitución y ordena el embargo de sus bienes. Curiosa ironía la de los gobiernos dictadores: el acusado de violar la Constitución es el que lucha por defenderla, y el acusador es el que la atropella sistemáticamente.
En 1982, luego de la victoria por el "NO" de 1980, en la cual el pueblo uruguayo rechazó una reforma constitucional impulsada por los militares, se realizan las elecciones internas de los Partidos Políticos. Wilson se encuentra proscripto, así como Liber Seregni y el Frente Amplio. Seregni llama a los frenteamplistas a votar en blanco, y las listas identificadas con Wilson (ACF) arrasan en la interna del Partido Nacional y son las más votadas del país. La llegada de Wilson al gobierno, ilegítimamente postergada hace once años atrás, parecía inminente.
En 1983 los militares, forzados por los resultados y la presión popular, continúan buscando una salida negociada. Se desproscribe parcialmente al Frente Amplio y se libera a Líber Seregni. Sin embargo, Wilson continúa proscripto, confirmando, si algún necio aún lo creía necesario, quién era para la dictadura militar "su" enemigo.
El 16 de junio de 1984, Wilson regresa al país. En entradas anteriores publicamos los informes de prensa del diario "El País" de Madrid referidos a este hecho. El gobierno realiza un enorme despliegue militar, cerrando el puerto de Montevideo, para detener... a una persona. Esa es tal vez la imagen más impresionante de la importancia de Wilson en la caída de la dictadura.
Finalmente, el Frente Amplio, el Partido Colorado y la Unión Cívica traicionan el compromiso frente al pueblo uruguayo y acuerdan con la dictadura la realización de elecciones con Wilson preso, hecho conocido como el Pacto del Club Naval. Julio María Sanguinetti, candidato colorado y a la postre triunfante de una elección sin Wilson, se lo había anunciado al propio Wilson meses antes en Bolivia. A ninguno de los actores pactantes le interesaba que Wilson fuera candidato. Sanguinetti se aseguraba el triunfo, y el Frente Amplio la supervivencia, ya que si Wilson era candidato la expresión electoral frenteamplista se iba a ver muy reducida. Después de doce años de dictadura, lo único que importaba para los partidos pactantes eran los cargos y los votos...
Cinco días después de las elecciones, el 30 de noviembre, Wilson fue liberado. Quedaba confirmado que el único motivo era impedir que ganara las elecciones.
En la madrugada del 1º de diciembre, demorado por las expresiones de afecto que iba recibiendo en su camino, Wilson llega a la Explanada Municipal, donde desde varias horas atrás lo esperaba una desbordante muchedumbre. Allí, reencontrándose con su pueblo nacionalista, pronuncia un discurso memorable,  donde expresa su diagnóstico de la realidad nacional, enumera soluciones, compromete su apoyo y el del Partido Nacional a la endeble democracia ofreciéndole gobernabilidad al presidente electo, dejando atrás cualquier señal de revanchismo que pudiese esperarse de alguien que vivió injustificadamente la persecución, el exilio y la cárcel, y describe, finalmente, su visión acerca de la organización del Partido, que irá consolidando a través de la Presidencia del Directorio. 
Queda mucho por contar aún, antes de su muerte el 15 de marzo de 1988. pero esas son otras historias, que iremos recordando oportunamente.
Nos quedamos, por ahora, con la lucha de un hombre que nunca eligió el camino fácil. Que construyó su liderazgo político con una aguda inteligencia y un cautivante carisma, pero también con mucho esfuerzo y trabajo. Que le abrió las puertas a los jóvenes, que integró a los trabajadores y estudiantes a la vida plena del Partido ya su conducción. Que le dió nuevo contenido a un Partido histórico, convirtiéndolo en "viento nuevo que sopla en viejas banderas".
Ante la realidad actual, de un Partido desmovilizado, con estructuras que no se ocupan ni se modernizan, donde la vida política parece limitada a las expresiones de Lacalle y de Larrañaga, nos acordamos cada vez más de Wilson.
Estamos convencidos que las autoridades actuales expresan una visión del Partido, y la mayoría de la masa nacionalista, otra diferente, mucho más coincidente con la que Wilson pregonaba.
Por eso, cuando el 28 de enero, o el 15 de marzo, o el 16 de junio aparezcan los recuerdos de la figura de Wilson, seguiremos con nuestra prédica de que, sobre Wilson, menos museo y más escuela, como ya expresamos en una entrada anterior. Esto es, le reclamamos a la conducción del Partido Nacional más hechos basados en la prédica wilsonista, y menos palabras en su nombre.
Y si el Partido no se organiza desde arriba, lo iremos reorganizando desde abajo, como muchos prometimos frente a su tumba aquel 15 de marzo de 1988. Como decía Wilson, el Partido Nacional es más importante que sus dirigentes.
Que nuestro compromiso haga las veces de obsequio.
¡Feliz cumpleaños, Wilson!