domingo, 20 de septiembre de 2009

EL INNEGOCIABLE CAMINO DE LA LIBERTAD

Es difícil escribir sobre este tema sin entrar en detalles que tal vez deban darse, pero que quizás, dado el momento de la campaña electoral, deban ver la luz más adelante. Pero algunas de las cosas que pasaron son de público conocimiento, y eso nos permite, a través de una línea de equilibrio muy angosta, hacer algunos comentarios al respecto.
Al momento de garabatear estas líneas la gente ya se enteró que abandonamos Alianza Nacional -la foto es de ese momento- por diferencias con su conductor, que no tienen que ver exclusivamente con el lugar que debía ocupar Alberto Perdomo, como principal referente de nuestro grupo, en la lista al Senado, sino que también fueron determinantes una serie de episodios que se dieron a continuación, y que son parte de eso que queremos preservar, por el bien del Partido.
Vamos a lo primero. Este grupo se integró a Alianza Nacional en el año 2002, y aportó una diputación más, cuando el movimiento sólo tenía tres diputados. Esto es: no no subimos al carro de un grupo ya consolidado, fuimos protagonistas de su crecimiento. En las elecciones internas del 2004 fuimos los más votados de Alianza y del Partido en Canelones y en todo el interior del país, sin embargo tuvimos que conformarnos en octubre con una suplencia al Senado para Alberto Perdomo, que se ocupó en forma muy esporádica. Entendimos que habían compromisos anteriores, y aunque no compartimos que estuviesen por encima de la legítima representación electoral, lo aceptamos.
En octubre de ese año fuimos nuevamente la lista más votada, pasando a la historia como la de mayor convocatoria de todas las elecciones. A pesar de nuestro aporte, el Partido Nacional no ganó las elecciones. En mayo del 2005, cuando todo Canelones sabía que el próximo Intendente sería el Dr. Carámbula, Alberto puso su nombre y nosotros nuestro trabajo, para conformar una candidatura municipal que salvaguardó el honor y la dignidad de nuestro Partido, convirtiéndose en el candidato a Intendente más votado en la historia del Partido Nacional en el Departamento.
En la elección de jóvenes que se realizó unos años más tarde, nuestros compañeros fueron los más votados de todo el país, ya no sólo del Departamento.
Así llegamos a la última instancia: en las pasadas elecciones internas, nuestra lista 2010 fue la más votada de Alianza en todo el país, y responsable fundamental y diferencial del triunfo de Alianza en Canelones, casi como una isla electoral enclavada en una región que votó por Lacalle en una proporción de dos, tres y hasta cuatro a uno.
No había un sólo dirigente de Alianza en todo el país, ni siquiera los directos competidores, que no partieran de la base que Alberto Perdomo iba a estar entre los cuatro o a lo sumo cinco primeros titulares de la lista al Senado de Alianza... salvo su conductor. Y lo que es peor: los otros dirigentes de Canelones tampoco ocupan titularidades, lo cual parece justo por su escaso peso electoral, pero sigue siendo injusto con nuestro Departamento.
Durante los días que duró el proceso de discusión entre nuestro grupo y el líder de Alianza hubo de todo, y no vamos a entrar en detalles, por lo planteado al comienzo. Pero lo que nunca hubo fueron argumentos, válidos o no, de por qué no se reconocía nuestro aporte y nuestros logros. Y como integramos un Partido de hombres libres, pensantes y racionales, entendemos que no puede sobrevolar la idea de que esta situación se dio sólo porque alguien piense que su representación le da derechos especiales sobre los demás, y lo libera de dar explicaciones. Todos saben que mi adhesión a la figura de Wilson Ferreira Aldunate fue total, pero ni siquiera a él le reconocí el derecho de hacer lo que se le cante.
El líder de Alianza Nacional tiene -o tal vez no- todo el derecho de hacer "su" lista al Senado con los criterios que él entienda válidos, y deberá dar las explicaciones, como corresponde, a su sector. Nosotros también tenemos derechos, y en este caso pasan por no adherir a una lista que no nos representa. Y nadie, cualquiera sea el cargo que ocupe, nos puede obligar a hacerlo. Y punto. Se nos habla de lealtades y de un proyecto. Las lealtades deben ser en ambos sentidos, y en nombre del "proyecto" no se puede dejar pasar una situación injusta. No existe fin que justifique cualquier medio.
Corresponde agradecer -nobleza obliga- la buena disposición de otros compañeros del Partido, que ofrecieron soluciones que, por diversos motivos, no podemos aceptar. Probablemente, en estas horas, y si el grupo coincide, iniciaremos un camino propio, que no dificulte la unidad del Partido. Nuestro gran objetivo sigue siendo recuperar la Intendencia de Canelones, y no otro, y para eso contamos con la fuerza y los apoyos políticos necesarios.
En Alianza dejamos muy buenos amigos. Las diferencias no fueron con ellos, y no corresponde generalizar. Ya nos encontraremos, más temprano que tarde, en un proyecto común que nos englobe a todos, sin piedras en el camino. Nuestro Partido luchó e hizo revoluciones por libertades y derechos universales. Y siempre nos sentimos del lado de Saravia, no de los "doctores" de turno que se opusieron a la lucha por la libertad.
¡Viva el Partido Nacional!

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