lunes, 1 de marzo de 2010

TODAVÍA NO


Termina el verano, comienzan las clases, y conjuntamente con la asunción de Mujica, el país se pone en marcha. Atrás quedaron las elecciones nacionales, con sus resultados y sus consecuencias. Por delante, la última etapa de este ciclo, las elecciones municipales, ornamentadas con la posibilidad de elegir alcaldes gracias a una imperfecta ley votada a las corridas y a las pedradas. A la manera de algunos uruguayos, donde importa más el "que" que el "como", los titulares más que la noticia, arrancando como sea y emparchando como se pueda en el camino en vez de esperar a lograr el resultado adecuado. "Se arreglan primus" decían los carteles del sacrificado vecino que se dedicaba a arreglar esas cocinillas a queroseno para parar la olla. "...y leyes imperfectas" se debería agregar en estos tiempos.

En el medio de esto, nos estamos debiendo el análisis de la realidad partidaria. "Todavía no", nos decimos y decimos, recordando que aún queda por delante la elección municipal, en la cual, seguramente observaremos un repunte significativo del Partido Nacional en términos electorales, lo que aportará un ingrediente no menor en el análisis adeudado.

A posteriori de las elecciones municipales volcaremos a los ocho televidentes de Estadio Uno que pediremos prestados para poder tener a alguien que lea este blog, el análisis de la realidad partidaria. Y lo haremos de la única forma que entendemos se debe hacer si creemos -y creemos- que es posible transformar a la política en algo serio: con las correspondientes propuestas, ya que no se trata de tirar piedras sobre nuestro techo sino ayudar a repararlo, y si es posible, cambiarlo por completo. Pero no es éste el momento, todavía no.

Mientras tanto, volveremos a trabajar por el Partido para ayudar a construir el crecimiento. Que el problema sea mucho más de fondo no es obstáculo para ir mejorando la casa.

Seguimos soñando con el Partido que Wilson nos enseñó. Aggiornado, obviamente, porque Wilson hace más de diez años que se fue y el país y el mundo han cambiado un poco.

Podemos, de todos modos, actualizar sus propuestas y recuperar su idea, que su visión del Partido y del país aún conserva su vigencia.

Tenemos que hablar -me incluyo- menos de Wilson y recordarlo con acciones. Entre el museo de Wilson y la escuela de Wilson, yo elijo la escuela.

En la elección de 1966 el Partido pierde el gobierno en forma estrepitosa. En medio de una crisis partidaria en la que no se veía la salida, Wilson lidera la renovación partidaria, de ideas y de hombres, y gana en la cancha las elecciones de 1971.

Siempre después de la tormenta sale el sol.

No hay comentarios: