jueves, 29 de mayo de 2008

LAS MUJERES Y LA POLÍTICA


Se acaba de votar en el Senado, y en breve se hará en Diputados, una ley que obliga a otorgar uno de cada tres lugares en las listas al género menos representado.
Confieso que mi primera reacción sobre esta Ley de Participación de Género no fue muy agradable. El texto original consagraba la obligatoriedad de incluir a una mujer cada tres candidatos en las listas ya en las próximas elecciones, y eso ponía bajo sospecha a las parlamentarias que con tanto ahínco defendían el proyecto, ya que seguramente los nombres para ocupar dichos espacios eran los de ellas, lo que convertía a la ley en una ley con nombre y apellido.
La modificación planteada por el Partido Nacional respeta el espíritu del proyecto, obliga a que en las próximas eleciones internas se aplique, pero desfasa a las elecciones de 2014-2015 la obligatoriedad de integrar de ese modo las listas a las elecciones nacionales y departamentales.
La obligatoriedad de las internas permitirá estimular a muchas mujeres a participar en la política, y dará tiempo a las que ahora se integren de proyectarse y asentarse como candidatas para el 2014, ampliando la oferta electoral femenina, y permitiendo que otras mujeres compitan con las que estaban ahora mejor posicionadas, democratizando el alcance de la ley.
Nuestro grupo ya contó como candidatas en lugares previlegiados de las listas a excelentes mujeres, que alcanzaron esa distinción por sus méritos y no por una cuotificación discriminatoria. Ni Isabel Aparicio en Suárez, ni Carmen Vargas en San Jacinto, ni Sandra Gómez en Ciudad de la Costa se convirtieron en referentes políticos por una ley, sino por su trabajo político, que desempeñan desde muy jóvenes, como la inmensa mayoría de los que estamos en esto.
Que la casi segura nueva ley sirva para abrir aún más la puerta, pero si del otro lado la respuesta es menor, se pueden generar desigualdades notorias, ya que por cumplir con la letra estricta de la misma, y no con su espíritu, se deberá insertar nombres de compañeras que quizás no sean relevantes, por encima de compañeros referentes. No duelen prendas en decir esto, ya que alentamos la participación de todos desde nuestros primeros pasos electorales.
Esperemos, pues, los resultados, que culminan en el 2015. Un poco de aire fresco, aunque sea con ventilador, no le hará mal a los partidos, y permitirá mejorar la representación de la ciudadanía.
Y si esto ocurre, la democracia, aunque parezca retaceada por una ley inconstitucional, terminará ganando.

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